lunes, 23 de agosto de 2010

Desarrollo Social: Salud, Educación y Oportunidades Económico

Desarrollo Social: Salud, Educación y Oportunidades Económico
El efecto UNDAF 2 plantea el Desarrollo Social desde una perspectiva integral, concebido
como una manera para crear un entorno de posibilidades, en el cual todas las personas puedan
tener una vida saludable, productiva, y creativa. El país debe ampliar la inversión en las
personas, asegurar oportunidades económicas y el aprovechamiento de las capacidades.
Recientemente, se elaboró con fines estratégicos, el documento que contiene las “Proyecciones
de la Salud Pública en Guatemala hasta el 2015”, el cual es de obligada referencia para valorar la
situación de la salud pública en Guatemala y sus perspectivas. Mediante el análisis de este
documento se puede valorar que hay muchas áreas de trabajo, en el sector salud, que pueden
beneficiarse de la contribución de la cooperación internacional.
Una de estas áreas es la calidad y cobertura de la salud pública en Guatemala, el 20.5%
(alrededor de 2.5 millones de personas) no tiene acceso a algún tipo de servicio de salud y la
calidad y capacidad para resolver problemas con que cuentan actualmente los servicios públicos
son limitadas. Además, el sistema de provisión de servicios es altamente fragmentado y
segmentado, y no existen enlaces funcionales ni separación de funciones entre los diferentes
subsistemas. Lo anterior es factor causal y limitante de la débil rectoría que ejerce el Ministerio
de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), a lo que se añade la débil regulación y la
desarticulación que existe entre el nivel central y los servicios locales.
Aunque Guatemala ha avanzado en el logro del ODM 2 “Lograr la Enseñanza Primaria
Universal” todavía queda una tarea pendiente por hacer en lograr disminuir el nivel de deserción
escolar y sobre todo en mejorar la calidad de la educación. La educación dirigida a la
adolescencia y la juventud debe responder a la realidad de su entorno y prepararlos para la vida,
el efecto directo 2.3 de la matriz social, plantea apoyar programas de educación extraescolar y
modalidades no convencionales que doten a estos adultos jóvenes con capacidades para
integrarse a la fuerza laboral del país.
Bajo los efectos 2.4 y 2.5, las Agencias del Sistema de Naciones Unidas en Guatemala (SNU),
en el contexto del UNDAF y de las necesidades más urgentes del país, le apuestan al objetivo de
elevar la calidad de vida de la población, a través del trabajo con unidades productivas de
municipios priorizados apoyándolas a pasar de una economía de subsistencia a un desarrollo
productivo comercial. Se contempla fomentar la inversión privada como complemento a la
inversión pública, y el desarrollo de políticas, planes y programas de Cooperación públicaprivada.
Este proceso será fortalecido para promover una nueva cultura de desarrollo local, en donde
a través del fortalecimiento de las capacidades, los territorios gestionaran servicios públicos para
enfrentar los retos del desarrollo local tomando en cuenta la dimensión cultural y de género.

Guatemala baja en Desarrollo Humano

Guatemala baja en desarrollo humano La enorme desigualdad en el país es la causa para que este pierda 21 por ciento en su índice de desarrollo humano, según el último informe regional del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.


Luis Felipe López-Calva, coordinador del informe, explicó que el Índice de Desarrollo Humano, que se publica desde hace 20 años, se corrige ahora por la variable de la desigualdad, ya que solo se presentaba un promedio que no refleja la realidad.

“Guatemala pierde el 21 por ciento de su índice de desarrollo humano debido a la desigualdad en el país, que está por encima del promedio latinoamericano”, señaló, aunque aclaró que en los últimos años la desigualdad no aumentó ni disminuyó.

¿Qué hacemos?

Para reducir la desigualdad, López-Calva resaltó que es muy importante la implementación de programas de transferencias condicionadas, según han demostrado las experiencias de México y Brasil.

Sin embargo, las transferencias no son el único medio para reducir la desigualdad, y estas deben ir acompañadas de políticas integrales y reformas, señala el estudio.

“Hay que ver el tema de la calidad de los servicios y la cobertura; es muy importante que los servicios se expandan y mejoren”, afirmó. De lo contrario, se corre el riesgo de reducir la efectividad de los programas de transferencias.

Según López-Calva, la primera de esas necesidades estructurales pasa por la reforma fiscal. “El nivel de recaudación es muy bajo, y el Estado se ve incapaz de responder a las demandas de servicios de calidad”, manifestó.

Lo ideal sería doblar la recaudación, de 10 por ciento —del producto interno bruto (PIB) anual— a 20 por ciento, y centrarse en los impuestos directos al ingreso y la propiedad, manifestó.

El Informe regional sobre Desarrollo Humano refleja que 12 de los 18 países de América Latina lograron reducir su desigualdad en los últimos años, y en esto tuvieron que ver varios factores, como la aplicación de cobertura de la educación hasta lograr la universalización.